El día amaneció cargado de buenos presagios y según iba a buscar a mis compañeros de batallas me encontré con un buen número de jóvenes madrugadores a los que fui saludando. ¡Cuánta gente madrugadora por las calles peñarandinas a las 8 de la mañana de un domingo! ¡¿O no eran madrugadores!? Bueno, fuere lo que fuere, ¡buen rollito!, porque casi podía olerse el ambiente festivo-socio-deportivo que íbamos a vivir en la Quedada BTT prevista en Alaraz.
Coche, carretera y manta… Llegamos a la plaza del pueblo salmantino ansiosos por descubrir cuánta gente se presentaría, qué caras conocidas nos encontraríamos, si conoceríamos a pocos o a muchos…
¡Y qué gran sorpresa!, nos encontramos con una plaza completamente dibujada de círculos negros rayados sobre burras mecánicas y una gran cantidad de personas envueltas en trajes de colores, bajo cascos de mil formas y gafas de múltiples brillos y tonalidades. ¡Un gran cuadro casi impresionista!
¡Cuánta gente! ¡Cuánta gente conocida! ¡Qué alegría!
Unos 120 ciclistas han acudido a la cita. Saludos a unos y otros, foto de rigor y nos ponemos en marcha.
La idea era hacer un recorrido casi con forma de ocho, o de infinito, con algunas ramificaciones y con una parte inicial ligeramente más suave por la zona de nuestro querido monte de Malpartida y otra parte más dura con dos subidas que se las traen: la Radical y la subida de los Baños de Somosancho.
El inicio de la ruta se produjo ansioso, con ganas de hablar, unos, y con ganas de darle a los pedales, otros. Y el paso entre los dorados campos recién cosechados del entorno de Alaraz se dio rápido y en menos de un verbo nos pusimos en la finca Villalane o finca de Ladis, bajamos por La Colada de Malpartida e iniciamos la parte que sube por Los Molinos de Malpartida hasta Montelacasa.
Bajada y varios sube-baja entre caminos de centenarias encinas y frágiles fragancias de tomillos y lavandas para llegar al merecido avituallamiento líquido en la fuente de Cabezas. Vuelta con parada en el Alto de Cuesta Aguda, ¡qué gran mirador!, desde cuyo erguido vértice geodésico se puede envolver el entorno con la mirada y casi abarcar con los brazos, y bajada rápida hasta Alaraz para reagrupar en la plaza.
Avituallamiento con bebidas electrizantes y algún que otro producto de bollería, también hubo gasas y Betadine, y aquí se quedan algunos valientes, pues lo que nos resta, tiene tela…
Salida de nuevo de Alaraz, alegre, con las ganas revividas y de nuevo rodeados de fincas doradas de restos de cereal recién cosechado, con algunas reses sesteando y a buen seguro pensando si lo que estaban viendo era un proceso onírico o un alarde humano que su cabeza no lograba comprender. ¡Cuánta gente en BTT por estos caminos tan asiduamente tranquilitos! Y la gente charlando, a un ritmo muy llevadero, excepto un grupo de cabras locas que habían salido más rápido que las balas, ¡qué ganas, casi vicio! ¡Vamos a por la primera tachuela del camino: La Radical…!
La Radical hace honor a su nombre y cuando te pones a sus pies te empequeñeces, ¡vaya rampas! Sólo vi a un campeón subirla, Tomé, ¡vaya máquina! Dicen que otros de los galgos de delante también la subieron entera, sin bajarse y subirla andando, como el resto de los mortales: el jovenzuelo de Mancera (Dani) y el ilicitano (charro de adopción, por tierras de Aldeaseca de la Frontera) Antonio. Sé que otros tantos estuvieron a puntito; ya nos enteraremos si hubo algún otro valiente que no echó el pie a tierra…
Recuperamos resuello, vuelta y camino a por otra peladilla: la cuesta de los Baños de Somosancho. Otra subida tendida, durita, bien conocida para nosotros, con algunos tramos que se las trae y donde además la fatiga de la ruta del día ya va haciendo acto de presencia, aunque el acicate que llevamos en nuestras mentes poniendo la mirada, o la mente, en Alaraz con su vinito de honor, nos hace empujar y darle duro a los pedales.
En este punto del camino vi un grumete que se fue en dirección a la carretera de San Miguel de Serrezuela y me escapé a por ellos. De camino me encontré con un par de coches parados en la carretera: uno de ellos había atropellado un jabalí y tenía el morro del coche destrozado, la rueda izquierda bastante tocada y un susto del trece. ¡Cachis en la pera!
De vuelta para Alaraz vamos recogiendo a los compañeros que están controlando en los cruces, ¡vaya gran trabajo de los voluntarios! y nos encaminamos hasta Alaraz donde nos juntamos en el pabellón con el resto de ciclistas que ya están delante de la mesa repleta de comida y bebida para recuperar parte de las fuerzas perdidas.
Un gran rato en el pabellón, congregados en torno a la alfombra azul que la Asociación Cultural Gente de Alaraz había preparado, traficando diálogos con amigos, compañeros y desconocidos, conociendo gente nueva abrumadoramente amable, planificando algunas escapadas, quedando para futuras rutas (con cocido)… ¡Otro gran momento!
¡Una gran y completa mañana, sí señor!
Enhorabuena a los locos de la idea (me consta que llevan mucho tiempo dándole vueltas a esta actividad e inmersos en la tortuosa tarea de informarse, buscando opciones de caminos, dar forma a la Quedada, publicitarla…), gracias a los colaboradores, voluntarios… y, por supuesto, a los participantes de una u otra edad que han podido disfrutar alguna parte de los tramos. Por cierto, no lo he dicho, pero creo que es digno de mención: había mujeres y hombres, pequeños, jóvenes y mayores, ¡un lujo!
Hola a todos,no se si se acordaran del chico del año pasado haciendo un video y sacando alguna foto,este año { estare} naturlmente esperando el gran éxito del año pasado,un saludo.Antonio Prieto
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